La pasada noche del 7 de Agosto, concretamente a las 12 horas de la noche, dio comienzo la carrera de resistencia en el Término Municipal de Fuenllana bautizada como “La Cansaliebres” al tratarse de una prueba exigente, a la vez que de resistencia debido al carácter nocturno de la misma, presentando algunos tramos con a veces superables dificultades técnicas. Fuimos cinco miembros del club los que nos animamos “in extremis” a correr una carrera nocturna, quizá por el temor de ser novatos en este tipo de eventos, aunque nada más reconocer el trazado y extremar precauciones por temor a caídas, todo sería coser y cantar a partir de la primera vuelta.
La carrera, que cubría un circuito cerrado de diez kilómetros aproximadamente, comenzó puntual realizando todos los corredores un pasacalle por la localidad para pasar por la Plaza del Convento y desde aquí lanzar la Cansaliebres por una durísima rampa asfaltada. El grupo empieza a estirarse y las luces de los focos a difuminarse por los primeros entrelazados de caminos que pronto nos llevarían a otra espectacular rampa con un remate final un tanto técnico. Desde aquí, dejando atrás una magnífica vista de la localidad en una noche estrellada que poco a poco se iría cerrando, tomamos un corto camino que nos haría curvear en bajada hasta cruzar el Arroyo de la Cañada Grande, aguardándonos su margen Norte una espectacular y larguísima senda continua que al principio se nos hizo eterna a más de uno. Poco a poco los corredores más valientes se iban distanciando, encontrándonos en algunos puntos del circuito solos nada más que viendo las balizas fluorescentes que perfectamente nos vislumbraban el recorrido. Una vez finalizada la senda, subida por pista de unos 250 metros para virar siguiendo ascendiendo para enlazar con la pista que nos llevaría volando hacia Fuenllana dejando de lado el Cortijo de los Luchana. La amplia pista nos conduciría casi en bajada hacia línea de meta, cerrando de este modo la primera vuelta. Aquí nos esperaría el avituallamiento para reponer fuerzas y seguir muy animados a por la segunda. Casi en el ecuador de la noche, y con las baterías de los focos prácticamente agotadas decidimos poner fin a la Fase I “Nocturna” descansando en el pabellón deportivo hasta el amanecer. Breve y ruidoso resultó nuestro reposo pues el sol y los gallos hicieron rápidamente despertarnos, recoger baluartes, preparar las burras y salir tirando hacia línea de meta donde Lorca nos había preparado un suculento desayuno con cafetito, bollos, zumos, fruta, etc…, nada mejor que reponer fuerzas antes de pasar a la Fase II “Diurna”, que se nos hizo breve aunque con las fuerzas justas para dar otras cuatro vueltas más. Como colofón a tanto cansancio una duchita caliente, para después darnos un remojón fresquito en la Piscina Municipal. Felicitar a nuestro compañero Lorca por la realización de un evento de estas características, que ha atraído a corredores de ámbito local, provincial y autonómico, y por supuesto a quienes hemos realizado este nuevo reto deportivo, Enhorabuena!!
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